martes, 11 de noviembre de 2014

ANÁLISIS CRIMINOLÓGICO DE LA DOBLE FILA

ANÁLISIS CRIMINOLÓGICO DE LA DOBLE FILA

Por Carlota Barrios Vallejo

Vamos a realizar una sencilla visualización -basada en hechos reales- para analizar desde un punto de vista criminológico, un fenómeno tan habitual como el hecho de encontrar un coche aparcado en doble fila.
Aunque a priori parezca un hecho sin importancia, es una de esas circunstancias de la vida diaria que nos puede ayudar a entender temas tan importantes como la teoría de la anomia, el fracaso de la justicia, la teoría de la asociación diferencial, la impotencia de las víctimas o el concepto de resiliencia.
Imaginad una calle de doble sentido de circulación en el centro de una gran ciudad, con dos carriles para cada sentido, y a ambos lados estacionamientos en línea.

domingo, 26 de octubre de 2014

DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL, FUENTE INE 2013

Juan Antonio Carreras Espallardo.

Uno de los objetos de estudio de la criminología vial es la parte estadística de los delitos contra la seguridad vial y los siniestros viales que se producen.

Existen diversas fuentes de estudio donde acudir para conocer esos datos anuales, una de las fuentes de consulta al objeto de conocer el índice de criminalidad vial oficial (el real es imposible de conocer) es el Instituto Nacional de Estadística. Si echamos un vistazo a los datos, como criminólogos viales, podemos llevarnos las manos a la cabeza. Baste como ejemplo inicial este gráfico de Madrid donde quedan ejemplarizados, no los delitos que se cometieron (porque serían muchos, hay cifra oculta) sino los delitos que se condenaron el año pasado 2013. Vean a la cabeza quién está... y con diferencia clara. Así es en todas las Comunidades Autónomas.

martes, 21 de octubre de 2014

SUICIDIO Y SINIESTRO VIAL

SIMULACIÓN  DE UN SINIESTRO VIAL PARA ENMASCARAR UN SUICIDIO

Antes de entrar en materia hay que ver si la comisión de un acto suicida utilizando el vehículo a motor se puede encuadrar dentro de un siniestro vial con sus peculiaridades y según las definiciones sobre accidente de tráfico aceptadas en Europa podemos encontrar la de la UNECE Glossary for Transport Statistics (2009)[1], en la que el accidente de tráfico es similar al establecido en nuestra legislación (la española), pero con una salvedad importante a destacar que en esta definición, un suicidio o intento de suicidio no se considera un accidente, sino un incidente provocado por un acto deliberado para dañarse a sí mismo. Sin embargo, si un suicidio o intento de suicidio implica herir a otro usuario de la vía, entonces este incidente se considera un accidente con víctimas. Como observamos en lo expuesto entendemos que desde los legisladores europeos  ya dan por hecho que suicidarse por medio de la utilización de los vehículos ocurre, porque si no fuese así no lo tendrían legislado.
La criminología vial estudia las causas y  las fases de un siniestro vial para poder determinar, primero acciones preventivas para su evitación y en un segundo lugar, tras la comisión del siniestro, averiguar el porqué. Los siniestros viales donde interviene solamente una unidad de tráfico son de suma importancia su estudio, ya que en ellos  se pueden “esconder” desencadenantes ajenos al propio siniestro y que pueden conllevar rasgos de conductas suicidas de su conductor. Según Schmidt et al., un siniestro vial en el cual interviene un sólo vehículo con un único ocupante debe ser especialmente sospechoso, y debe de existir un tratamiento diferente para averiguar las verdaderas razones de su comisión.
La teoría de que ciertos siniestros viales con resultado de muerte pudieron ser suicidios fue apoyada por Selzer y Payne, quienes encontraron que los pacientes suicidas habían estado involucrados en el doble de siniestros viales que los pacientes no suicidas (se encontró también esta diferencia entre los pacientes alcohólicos y los que no lo eran). Estimándose que en el 2% de los siniestros viales existen comportamientos suicidas. Aunque otro estudio realizado por  Schmidt, Schaffer, Zlotowitz, Fisher establecen que la cifra de siniestros viales que esconden tras de sí un suicidio oscila entre el 1,6 al 5%.
Sabemos que los suicidios los podemos clasificar en violentos y no violentos, considerando la utilización del vehículo como suicidio violento por Altamira et al. (1999) y que los actos suicidas violentos  son predominantes en primavera y otoño (Miró García, 2006). El establecimiento de la diferenciación entre métodos suicidas violentos y no violentos, guardaría relación con la impulsividad del acto suicida. Algunas veces el intento de suicidio ocurre de forma impulsiva por la crisis generada por algún acontecimiento vital estresante.
 En 1992, Selzer y Payne  sugieren que muchas personas con tendencias suicidas pueden intentar autodestruirse o autolesionarse a través de siniestros viales, los cuales rara vez son percibidos o catalogados como suicidios, tanto por el propio conductor como por la sociedad y señalan que el vehículo constituye un método eficaz para conseguir su fin y  que les ayuda en ocultar la realidad del hecho perseguido, el suicidio. ¿Y por qué la utilización del vehículo para suicidarse? El motivo más claro de esto es la de enmascarar el suicidio, por evitar el estigma social y sufrimiento adicional a los familiares; otras razones podrían ser por asuntos de indemnizaciones de compañías de seguros  a la familia, herencias, etc.
¿Pero qué puede hacer el criminólogo vial para averiguar si fue suicidio o no? una de las herramientas que disponemos es la “Autopsia psicológica” que según Soto (2014) “se denomina a aquel análisis retrospectivo de una víctima fallida que trata de determinar cuáles eran sus conductas, su personalidad o su estado emocional”. En donde se recogerán toda la información posible sobre la salud mental (entrevistándose si hiciera falta con sus médicos) y se realizaran entrevistas a su entorno más cercano (familia, compañeros de trabajo, amigos, etc.); todo esto con intentar encontrar o averiguar su estado emocional, indagando sobre las señales de alarma (tanto primarias como secundarias) que en cierta manera nos podrían indicar la posibilidad del suicidio.
Es necesario conocer como se ocasionan los siniestros viales para poder programar medidas de prevención eficaces y reales, por eso es el estudio e investigación de todo lo relacionado con los mismos.

  BIBLIOGRAFÍA:
Ø  Selzer, M. L.,& Payne, C. E. Automobile accidents, suicide, and unconscious motivation. American Journal of Psychiatry. 1992.
Ø  Schmidt, Jr. C. W., Schaffer, J. W., Zlotowitz, H. I., Fisher, R. S. Suicide by vehicular crash. American Journal of Psychiatry, 1977.     



[1] Illustrated Glossary for Transport Statistics. UNECE, International Transport Forum y Eurostat. 4th ed, 2009. http://live.unece.org/fileadmin/DAM/trans/main/wp6/pdfdocs/glossen4.pdf

viernes, 17 de octubre de 2014

CRIMINALÍSTICA VIAL

CRIMINALÍSTICA VIAL
Rama de la criminología vial

Juan Antonio Carreras Espallardo // José María González González

Poco a poco vamos desarrollando el estudio de la criminología vial y los diversos factores que intervienen en ella para intentar atajar el suceso traumático que provoca el siniestro vial. Sabíamos que llegaría el momento en que tendríamos que definir la criminalística vial, como ya ocurrió en su día con la diferencia entre criminología y criminalística, que no son lo mismo aunque haya un sector de la sociedad que así lo piense. Por lo tanto es necesario aclararlo.

La criminología es la ciencia que estudia el delito, el delincuente, la víctima y el control social, tanto formal como informal, del comportamiento desviado. La criminología actúa desde la perspectiva social fundamentalmente, observando y buscando soluciones para paliar los déficits observados. Según Wikipedia la criminología es la “disciplina que estudia las causas del crimen y preconiza los remedios del comportamiento antisocial del hombre. La criminología es una ciencia interdisciplinaria que basa sus fundamentos en conocimientos propios de la física, química, sociología, psicología y la antropología, tomando para ello el marco teórico de la medicina y el derecho penal. Las áreas de investigación criminológicas incluyen la incidencia y las formas de crimen así como sus causas y consecuencias…“.

Por el contrario, la criminalística es la “disciplina que usa un conjunto de técnicas y procedimientos de investigación cuyo objetivo es el descubrimiento, explicación y prueba de los delitos, así como la verificación de sus autores y víctimas. La criminalística se vale de los conocimientos científicos para reconstruir los hechos. El conjunto de disciplinas auxiliares que la componen se denominan ciencias forenses…“. En los últimos años esta disciplina ha adquirido gran protagonismo a través de series de televisión como C.S.I. (Crime Scene Investigation).

En resumen, la criminología se ocupa del estudio del problema criminal y la criminalística se encarga de llegar al delincuente una vez haya cometido el delito.

Una vez hecha la necesaria  introducción donde se aclaran los dos conceptos base llega el momento de definir las disciplinas y diferencia entre criminología vial y criminalística vial. Como ya definimos recientemente, la criminología vial es una disciplina criminológica encaminada al estudio y prevención de los delitos contra la seguridad vial y a la resolución de todo conflicto que surja tras un siniestro vial; actuando sobre los comportamientos delictivos o desviados dentro de las vías, a la restitución de la víctima a su estado original; haciendo hincapié en las formas de control social, tanto formal como informal y a la reacción social que causan los siniestros viales.

Por su parte, la criminalística vial estudia los siniestros viales y los delitos relacionados con la seguridad vial, buscando pruebas en la escena del suceso para reconstruir el siniestro y proceder a la detención o imputación de los responsables. Usando una Técnica Policial específica para este tipo de hechos que consiste en una  serie de medios y procedimientos científicos encaminados  al descubrimiento e investigación de los delitos.
 Sabiendo que el éxito de la investigación, tiene sus cimientos en el adecuado trabajo que se realice en el lugar del suceso y la  aplicación de una correcta metodología, que permitirá obtener información fidedigna respecto al delito y de su autor o autores, para poder esclarecer los hechos que acaecieron y poder poner a disposición judicial al autor o autores del mismo.

 La accidentología vial, conocida también como investigación de siniestros viales, de accidentes de tráfico o de hechos viales, está más próxima a la criminalística en el plano del delito y al delincuente como infractor y la criminología vial a la víctima y al delincuente como objeto de estudio reinsertable. Podemos decir que la accidentología vial utiliza métodos de criminalística vial.

En definitiva, la criminalística vial es la parte de la criminología vial (aunque no se niega que criminología y criminalística son ciencias distintas) que utiliza técnicas de policía científica[1] para reconstruir e investigar los siniestros viales, ofreciendo información valiosa al sistema judicial, policial y a la propia criminología vial. Para la criminalística vial, según Fernando Ramírez: “Una cosa es de vital importancia: la adecuada preservación de la escena y la preservación de la evidencia que se encuentra dentro de ella, ya que sin adecuado manejo de ésta el caso se podría venir abajo... La criminalística es conocida como la ciencia de las minucias o el pequeño detalle, debido a que llegan a ser estos los pequeños detalles que le pueden dar un giro de 180º a nuestra investigación, o nos podrán dar una línea de investigación que seguir.”

Al igual que en la criminalística en general, la criminalística vial se basa bajo  siete principios de naturaleza científica, aplicables en el campo de acción de la seguridad vial y  que son:
  • Principio de uso: en los hechos que se cometen o realizan siempre se utilizan agentes mecánicos, químicos, físicos o biológicos.
  • Principio de producción: en la utilización de agentes mecánicos, químicos, físicos o biológicos para la comisión de los hechos presuntamente delictuosos, siempre se producen elementos materiales en gran variedad morfológica y estructural y representan elementos reconstructores e identificadores.
  •   Principio de intercambio: al consumarse el hecho y de acuerdo con las características de su mecanismo se origina un intercambio de indicios entre el autor, la víctima y el lugar de los hechos o, en su caso, entre el autor y el lugar de los hechos.
  •  Principio de correspondencia de características: basado en un principio universal establecido criminalísticamente: “La acción dinámica de los agentes mecánicos, vulnerantes sobre determinados cuerpos dejan impresas sus características, reproduciendo la figura de su cara que impacta”. Fenómeno que da la base científica para realizar estudios micro y macro comparativos de elementos-problema y elementos-testigos.
  •  Principio de reconstrucción de hechos y fenómenos: el estudio de todos los elementos materiales de prueba asociados al hecho, darán las bases y los elementos para conocer el desarrollo de los fenómenos de un caso concreto y reconstruir el mecanismo  del hecho o fenómeno, para acercarse a conocer la verdad del hecho investigado.
  •  Principio de probabilidad: la reconstrucción de los fenómenos y de ciertos hechos que nos acerquen al conocimiento de la verdad, pueden ser con un bajo, mediano o alto grado de probabilidad o, simplemente, sin ninguna probabilidad. Pero nunca se podrá decir: “esto sucedió exactamente así”.
  • Principio de certeza: y las identificaciones cualitativas, cuantitativas y comparativas de la mayoría de los agentes vulnerantes que se utilizan elementos que se producen en la comisión de hechos, se logran con la utilización de metodología, tecnología y procedimientos adecuados, que dan certeza de su existencia y de su procedencia.
la Criminalística se apoya en estos siete principios con objeto de realizar su aplicación con metodología científica en la investigación de hechos presuntamente delictuosos, contando con metodología propia para el desarrollo técnico de sus actividades y también con conocimientos generales sistemáticamente ordenados.

DIFERENCIAS

La criminalística vial tiene como objeto de estudio el siniestro vial, en las evidencias del suceso o delito, las pruebas e indicios, en su recogida y análisis. Por el contrario, la criminología vial estudia las conductas desviadas del hecho vial, tanto del delincuente como de la víctima, tratando de reinsertarlos, indemnizarlos y restituirlos a un estado anterior al hecho, propiciando programas que eviten la reincidencia criminal..

La criminalística vial utiliza método científico, pruebas que serán valoradas en el juicio. En cambio a la criminología vial no le interesa tanto castigar al delincuente como buscar una solución a su problema, intentará aportar soluciones a su comportamiento desviado.

Evidentemente la criminología vial es más teórica que la criminalística vial, que es mucho más práctica en el lugar de los hechos, aunque ambas emplean la observación como punto común, al proceder de ciencias empíricas. La criminalística vial se basa en el método científico de la inducción y la criminología vial se apoya en la deducción, en el estudio de las conductas desviadas criminales.

A la criminalística vial le interesa el delito concreto y a la criminología vial le interesa el estudio de todos los delitos.

La criminalística vial actúa cuando el hecho vial se ha producido, le interesa detener a los culpables. La criminología vial lo hace mucho antes para intentar que no se produzca, le interesa estudiarlos para reinsertarlos.


PREGUNTAS DE ORO DE LA CRIMINALÍSTICA VIAL Y CRIMINOLOGÍA VIAL

1.    ¿Qué? ¿Qué ocurrió, fue un siniestro vial, un delito contra la seguridad, o ambos?
2.    ¿Quién? ¿Quién fue el delincuente y quién fue la víctima?
3.    ¿Cómo? ¿Cómo ocurrieron los hechos? Se investiga mediante la reconstrucción, con una buena inspección ocular.
4.    ¿Dónde? ¿Dónde ocurrieron los hechos? Pueden ser varios lugares.
5.    ¿Cuándo? La fecha y hora.
6.    ¿Con qué? Los objetos que se utilizaron (vehículos, armas, etc.).
7.    ¿Por qué? Busca conocer el motivo de los hechos (alcohol, drogas, enfermedades mentales, falta de preparación de conductor, motivación victimal, factores ambientales, geográficos, etc.).

Como ya hemos visto, a la criminalística vial le interesa ¿qué? ¿quién? ¿cómo? ¿dónde? ¿cuándo? ¿con qué? Y a la criminología vial le interesa ¿por qué? A estas habría que añadir dos más:

8.    ¿Qué sintió la víctima? Y su papel en el iter críminis.
9.    ¿Y ahora qué? La situación en que queda el caso tras el suceso.

Estas dos últimas irían referidas a la víctima y al victimario, a la primera para resarcirla y al segundo para reinsertarlo y evitar que delinca.

Cabe destacar, como anécdota, que estas preguntas de oro tienen su origen en un cuento de Rudyard Kipling, escritor nacido en la India en 1865, conocido por su libro "The Jungle Book" (El Libro de la Selva) que más tarde Walt Disney hiciera película infantil. Este escritor en su trabajo "Just so Stories" de 1902 en la narrativa del cuento "The Elephant's Child" tiene un poema que comienza así: "Tengo seis honestos sirvientes (me enseñaron todo lo que sé); sus nombres son Qué y Por qué y Cuándo y Cómo y Dónde y Quién". Como han podido comprobar, son seis interrogantes, pero en criminología hemos añadido alguno más.

Para finalizar, sepan que las famosas cinco W: Who? (¿Quién?), What? (¿Qué?), Where? (¿Dónde?), When? (¿Cuándo?), Why? (¿Por qué?), más una H How? (¿Cómo?),  son también las máximas del  periodismo.




[1] Conjunto de principios y fundamentos científicos, aplicados técnicamente por la Policía a la investigación del delito, circunstancias que lo determinan e identificación de los autores.

domingo, 28 de septiembre de 2014

PRESENTACIÓN LIBRO ASPECTOS CRIMINOLÓGICOS EN MATERIA DE SEGURIDAD VIAL

Expertos en Criminología y Seguridad Vial apuestan por el renombrar los accidentes de tráfico bajo el concepto de “Siniestro Vial”

(Pinchar en la imagen para más información de la obra)

Por Ana Quevedo,Periodista y criminóloga (http://loquepasaporlamente.wordpress.com/)

 Madrid, 26 de septiembre de 2014. La FUNDACIÓN CEA presentó en la tarde de ayer dentro del cliclo de Conferencias FORUM, el libro “Aspectos Criminológicos en materia de Seguridad Vial”, manual pionero a nivel internacional que recopila los aspectos más relevantes de la Seguridad Vial desde el ámbito de la Criminología. En el acto fue presentado y moderado por Fernando González Iturbe, director de la Fundación CEA, y contó con la participación de Juan Antonio Carreras Espallardo, coordinador del manual, policía local y periodista, José Manuel Servera Rodríguez, criminólogo y Director de Criminología y Justicia, y Flor Zapata Ruiz, madre de Helena y autora del blog ¡Quiero conducir, Quiero vivir! “Aspectos Criminológicos en materia de Seguridad Vial” recopila, en más de 440 páginas y a través de 21 capítulos escritos por 20 coautores, los diferentes aspectos de la Criminología Vial en pro de la prevención: análisis de las causas, enfoques multidisciplinares, perspectiva forense, delitos, problemática social, atropellos, criminalización, el papel de las víctimas, el profiling o el tratamiento informativo en los Mass Media, entre otros.

De izda. a dcha: Juan Antonio Carreras, Coordinador-Autor; Ana Quevedo, autora; Jose Maria González, autor.
 El manual introduce un nuevo término: la Criminología Vial, una nueva disciplina encaminada al estudio y prevención de este tipo de delitos, así como a la resolución de todo conflicto que surja tras un siniestro vial”. El objetivo de los especialistas en la materia es actuar sobre los comportamientos delictivos o desviados dentro de las vías, así como a la restitución de la víctima a su estado original y haciendo hincapié en las formas de control social, tanto formal como informal y a la reacción social que causan los siniestros viales. Con la publicación del manual, escrito por policías, psicólogos, jueces y periodistas, se pretende “ofrecer soluciones, abrir los ojos a las desgracias del tráfico, buscando que los implicados en la dinámica del tráfico diario estén preparados para evitar participar en un siniestro vial. Además es el nacimiento de la criminología vial y todos sus puntos de estudio, tanto antes como durante y después de la ocurrencia de un siniestro vial”, explicó Carreras. Los datos que recoge la Dirección General de Tráfico (DGT) muestran que hasta agosto de 2014 habían fallecido en las carreteras interurbanas españolas 728 personas en 633 accidentes viales, y que en 2013 perdieron la vida 1.134 personas en un millar de accidentes. Flor Zapata fue la encargada de abrir esta jornada, tras la bienvenida a los asistentes del Director de la Fundación CEA, Fernando González Iturbe. Ella fue víctima de un accidente de tráfico al fallecer su hija en abril de 2005 tras un siniestro en el que estaba implicado un conductor bajo los efectos del alcohol, y describió lo que ha supuesto para ella escribir uno de los 21 capítulos de los que consta el libro. En él relata el dolor que producen los accidentes de tráfico, o como ella los califica de siniestro vial, porque como dice: “si se pudo evitar no es un accidente”. Agradeció a la Fundación CEA su colaboración en la organización del acto, y dedicó la presentación del libro a todos aquellos que se han dejado la vida en la calle o en la carretera: “A mi hija Helena, que murió por el alcohol que ella no tomó; A Julia, que iba en el carrito de bebé u le atropelló una conductora ebria; a Juan, que perdió su vida en un tramo de la carretera de Colmenar...” Tras su intervención, José Manuel Servera Rodríguez, editor de este libro, quiso justificar porqué se optó por dar voz a las víctimas dentro de un manual científico: "el exceso de ciencia hace que nos olvidemos a veces de las emociones y las emociones son las que transmiten la realidad. Es lo que ha hecho Flor Zapata en su capítulo". A continuación, Juan Antonio Carreras Espallardo, desde su experiencia como policía local, explicó que aunque es cierto que en los últimos años se ha avanzado mucho en materia vial, aún queda mucho por hacer, y que es necesario concienciar a la gente de que "cuando un conductor mata a alguien bajo los efectos del alcohol es un homicida vial" El director de la fundación CEA, Fernando González Iturbe, hizo hincapié en la necesidad de que los conductores sean más responsables, pero que también de que las carreteras cada vez sean más seguras. Además, desde su experiencia como abogado, explicó la necesidad de que muchos de los accidentes que ocurren en la carretera no sean juzgados tan solo como un delito de faltas. Tras la presentación tuvo lugar una charla coloquio en la que se han tratado temas de interés como la necesidad de unas estadísticas reales de cifras que engloben a víctimas y heridos graves producidas en todas las carreteras españolas, mejoras en la legislación actual, la responsabilidad de la administración en el estado de las carreteras, así como la participación de los asistentes en exponer sus experiencias personales. Los beneficios obtenidos por la venta del libro se han donado a asociaciones de víctimas como Canarias Vial o Vida en la Carretera.
  
https://www.flickr.com/photos/clubcea/sets/72157647646771458/
(Pinchando en la imagen se accede a la galería fotográfica)

lunes, 25 de agosto de 2014

DIFERENCIAS CONDUCCIÓN NEGLIGENTE Y TEMERARIA


DIFERENCIAS ENTRE CONDUCCIÓN NEGLIGENTE Y CONDUCCIÓN TEMERARIA DELICTIVA Y ADMINISTRATIVA

Juan Antonio Carreras Espallardo.

Hay tres acciones que pueden llevar a cabo los conductores pero que por sus características tienen consecuencias legales distintas. Pero la base es común: el conductor lo hace haciendo el gilipollas, o sea, de forma negligente o temeraria.

martes, 29 de julio de 2014

DAWDLERS DRIVERS

DAWDLERS DRIVERS: EL SÍNDROME DEL CARRIL IZQUIERDO

En el Reino Unido hace un par de años apareció un "calificativo" que les daban a ciertos conductores, Dawdlers. La traducción en español para ese termino puede ser: holgazán, rezagado. Y me dio que pensar varias cosas, ¿Pero cuales son las conductas de estos conductores? ¿porque conducen así? ¿sólo les afecta a ellos?.
Tras investigar un poco el fenómeno de estos conductores puede observar que son vehículos que circulan a una velocidad inferior a la permitida y que no se adapta a las características de la vía, y que fuera de poblado, si hay más de un carril para cada sentido, suelen hacerlo por el de la izquierda (hablaremos siempre en el sentido de circulación establecido en España y en casi todo el mundo para que no haya confusión).
Al estudiar los comportamientos que ocasionan, vemos dos vertientes a seguir,
  1.  Por un lado el porqué circulan de esa manera (a velocidad inferior), 
  2. Y segundo, que efectos causan a los otros usuarios de las vías.
La primera, un conductor, que en condiciones psicofisicas esté en sus plenas facultades, circule a baja velocidad puede ser por miedo a conducir, a que no esté seguro, no tenga experiencia al volante, etc. y todo esto también influye al ir por el carril de la izquierda, porque tienen la percepción de que van más seguros y ante cualquier situación de conflicto les resulta más factible volver a la derecha que girar hacia la izquierda (esto puede deberse a la percepción natural de cada uno, el que es diestro suele tirar hacia ese lado). Aunque habría que profundizar en la raíz de este asunto para poder ser más objetivos con el resultado.
Y contestando a la segunda pregunta, estos conductores causan riesgos y actitudes negligentes en los otros usuarios de las vías, ocasionándoles  estrés durante  la conducción, que significa que sólo cuando la conducción es interpretada como demandante o peligrosa el estrés se manifiesta como afecto negativo, ya sea como ira y agresión, como ansiedad o preocupación; o como respuestas físicas como el aumento de la tasa cardíaca y/o el aumento de la presión sanguínea. Siendo este tipo de estrés el que peores consecuencias atrae para la seguridad vial. Este tipo de estrés lo podemos asociar a la violación de normas de tráfico, a conducir de manera negligente, y a comportarse de manera hostil y agresiva con otros conductores.
Un estudio de una aseguradora inglesa, Confused.com, concluyó que alrededor de un 60% de los encuestados (de un total de 2000) experimentan un aumento en los niveles de estrés y una mayor irritabilidad cuando se encuentran con un conductor dawdler. con el mismo resultado opinaron que si hay radares para controlar la velocidad máxima, también los tiene que haber para la velocidad mínima.

Habrá que seguir investigando sobre este fenómeno, los Dawdlers Drivers.

"TAN PELIGROSO Y TEMERARIO ES IR A MUCHA VELOCIDAD, COMO HACERLO A VELOCIDAD REDUCIDA Y POR EL CARRIL QUE NO CORRESPONDE"


domingo, 22 de junio de 2014

CONDUCCIÓN ANTICIPADA AL PELIGRO

CONDUCCIÓN ANTICIPADA AL PELIGRO


Por Juan Antonio Carreras Espallardo y  José María González González

La criminología vial, como disciplina criminológica que estudia los factores relacionados con la seguridad vial, desde la observación empírica y la praxis, se interesa por  todas las acciones y comportamientos encaminados a reducir el número de víctimas mortales y en estado grave que se producen a consecuencia de los incidentes o siniestros viales. La criminología vial tiene como uno de sus objetos de estudio el comportamiento de los conductores en la carretera, más allá de que sean víctimas o victimarios. Ya hicimos un estudio de la conducción agresiva  Una de las definiciones más aceptadas sería “la producción de un estímulo nocivo de un organismo hacia otro con la intención de provocar daño o con alguna expectativa de que el estimulo llegue a su objeto y tenga el efecto deseado” (Kaplan, H. y Sadock, B, 1997). Según la definición que hemos visto anteriormente, y aplicada a la conducción, la podemos definir como cualquier forma de comportamiento de un conductor, con la que intenta directa o indirectamente provocar, perjudicar o causar daño de cualquier tipo a otras personas que comparten el espacio común por el que discurre el tráfico. Generalmente se entiende en el sentido de impulsar acciones que superan notablemente las normas de comportamiento de conducción seguro y que directamente afecta a otros usuarios de la carretera colocándolos en peligro innecesario.

La conducción anticipada al peligro, por el contrario, es el comportamiento que realiza un conductor educado, atento, consciente, encaminado a evitar un siniestro vial en el cual no tendría responsabilidades de haberse producido. Es, por lo tanto, aquella conducta que realiza el conductor cuando percibe una situación que previsiblemente podría finalizar con un incidente vial.

Si pusiéramos un par de ejemplos, podríamos resumir la teoría en estos:

Conductor que circula con preferencia pero al aproximarse a un cruce regulado por señal vertical de STOP o CEDA EL PASO en la vía por la que tiene que cruzar se percata de que se aproxima un vehículo sin reducir la velocidad y es el conductor que se anticipa al peligro el que frena y detiene su vehículo antes de cruzarse con el otro. Esta es una acción donde se ha evitado un siniestro vial gracias a la acción del conductor que tenía la preferencia de paso.

Otro ejemplo sería el de un conductor que se aproxima a un semáforo en fase roja y lo hace reduciendo la velocidad sin detenerse instantáneamente porque observa que por detrás circula un vehículo que no reduce la velocidad porque no se ha percatado de la circunstancia del semáforo en rojo e incluso el conductor que ante el inminente peligro de ser alcanzado reanuda la marcha con su semáforo en fase roja para no ser alcanzado porque está atento a la circulación y ha observado por el espejo retrovisor que un vehículo se aproxima sin intención de detenerse.

La conducción anticipada al peligro es un área de estudio por explorar que necesita una mayor información y publicidad entre los usuarios de las vías, como comentábamos recientemente con todo un experto en seguridad vial como es Bernhard Schieber. Son muchos los incidentes de tráfico que se podrían evitar si los conductores hiciesen uso de la conducción anticipada al peligro.

martes, 3 de junio de 2014

MEDICAMENTOS Y SEGURIDAD VIAL

MEDICAMENTOS Y AGRESIVIDAD EN LA CONDUCCIÓN


Como todos sabemos los medicamentos son drogas que están legalizadas y utilizadas de manera correcta, nos permiten el control y curación de gran cantidad de procesos patológicos. Además, los medicamentos son utilizados también con fines preventivos y de diagnóstico.
Los distintos grupos de fármacos, por sus efectos sobre el organismo humano, pueden influir e interferir con la capacidad de conducción, y, en ocasiones, hasta ser los responsables de los siniestros viales. Sin embargo, los medicamentos también pueden mejorar la capacidad de conducción en individuos con ciertas enfermedades.
A pesar de que es bien conocido su aspecto positivo, preventivo y curativo, no debe olvidarse que la mayoría de fármacos son sustancias extrañas al organismo humano y que, como tales, en ocasiones pueden producir efectos tóxicos. De hecho, aunque cada vez se dispone de nuevas sustancias más potentes, más cómodas de administrar y más seguras, en mayor o menor medida todas ellas ocasionan efectos tóxicos al individuo que las toma. De ahí que lo correcto es utilizar los medicamentos sólo cuando sea necesario, a la dosis adecuada y por un tiempo determinado. Un dato a tener en cuenta, alrededor del 20% de los conductores circulan bajo los efectos de algún fármaco.
Hay medicamentos como  las Benzodiacepinas[1] (BZD), que son medicamentos psicotrópicos que deprimen el sistema nervioso centrales, que nos pueden ocasionar reacciones de agresividad; siendo los más peligrosos y los que más reacciones agresivas y violentas nos pueden producir en la conducción de vehículos.
 Y qué decir tiene sobre el alcohol y los medicamentos. El alcohol, por sí mismo, afecta seriamente a la capacidad de conducción de vehículos, siendo uno de los principales agentes implicados en la aparición de siniestros viales. La ingesta de alcohol y fármacos es muy peligrosa y, en general, no se deberá beber alcohol mientras se está en tratamiento con fármacos. El alcohol potencia los efectos tóxicos, sedación, somnolencia, confusión, incoordinación motora, agudeza visual, etc., de una gran cantidad de medicamentos. La ingesta, incluso en pequeñas cantidades, de alcohol produce gran efecto en el individuo.



[1] El efecto sedativo de las benzodiacepinas y de los  sedantes en general comienza deprimiendo los lóbulos frontales del cerebro y, por lo tanto, puede  desinhibir más aún a los pacientes que tienen pobre  control de impulsos y que con facilidad se podrían  tornar agresivos o más agitados. Se han descrito   reacciones paradójicas con agitación y agresividad  en algunos pacientes con estos riesgos particulares  cuando ingieren benzodiacepinas. No  recomendable su uso como medicamento único, en pacientes con agitación por psicosis, ni en  pacientes con pobre control de impulsos o con DS.

martes, 27 de mayo de 2014

TEORÍA DE LA OPORTUNIDAD Y SEGURIDAD VIAL

ADAPTACIÓN DE LA TEORÍA DE LA ACTIVIDAD RUTINARIA A LOS D.C.S.V.
Una de las teorías más prometedoras de la criminología ambiental es la teoría de las actividades rutinarias o también llamada teoría de la oportunidad. Fue formulada en el año 1997 por Lawrence Cohen y Marcus Felson y en ella establecen una nueva conceptualización del delito a partir de los elementos de oportunidad y de ausencia de controladores eficaces, tanto de carácter formal (la policía) como informales (relativos a la propia autoprotección).
Para que se lleve a cabo, tienen que concurrir a la vez tres circunstancias:
  1.  La presencia de un victimario (unidad de tráfico), tanto con inclinaciones criminales como con la habilidad para poner en práctica tales inclinaciones.
  2.  La de una persona u objeto que representen un “objetivo apropiado”, o sea, una posible víctima o una cosa o bien propicio, por ejemplo. La victima sería la seguridad vial en términos generales.
  3.  La ausencia de guardianes capaces de prevenir las infracciones, como es el caso de los Agentes encargados de la vigilancia del tráfico, ciudadanos e incluso otros medios.
Los tres elementos anteriores son necesarios para que el delito pueda producirse, si faltase uno de ellos, el delito ya no tendría lugar. La vida moderna ha provocado que ahora estos tres elementos tiendan a coincidir con más frecuencia que antes.
En la sociedad actual se están produciendo cambios importantes en las actividades rutinarias de la vida diaria, entre las que se encuentra los permanentes desplazamientos de un lugar a otro; estando interactuando con el tráfico viario continuamente, ya sea de una manera u otra.
Serrano Maíllo recuerda, sobre esta cuestión, que en sus actividades de todos los días, las personas se ven obligadas a desplazarse en coche o transporte público lejos de sus viviendas y propiedades para asistir a sus trabajos, llevar y traer a los niños al colegio o ir a comprar (Serrano Maíllo, Oportunidad y delito, 2009). Enel mismo sentido, Garrido, Redondo y Stangeland, indican que en la sociedad moderna, se producen importantes cambios en la actividades cotidianas, entre otras cosas por los permanentes desplazamientos de
un lugar a otro, y el continuo movimiento de vehículos (Garrido Genovés, Redondo Illescas, & Stangeland, Principios de Criminología, 2006).
Al estar más tiempo interactuando con el tráfico (a esto hay que añadirle que cada vez hay más vehículos circulando por las vías)  existe un aumento de las oportunidades y de las tendencias para poder cometer un delito contra la seguridad vial.

Por último, por lo que se refiere a las oportunidades para delinquir, probablemente no puede aducirse que todas las personas expuestas a tentaciones delictivas semejantes estén igualmente dispuestas a cometer delitos. Sin embargo, los estudios de criminología ambiental informan de que existe una relación directa entre mayores oportunidades delictivas y mayor delincuencia, y entre menores oportunidades delictivas y menor delincuencia (Barr y Pease, 1990; Brantingham y Brantingham, 1991, 1993; Clarke, 1993, 1994; Felson, 2002, 2006; Stangeland, Díez Ripollés y Durán, 1998).


lunes, 5 de mayo de 2014

TEORÍAS DE LA DISUASIÓN

TEORÍAS DE LA DISUASIÓN Y SU IMPORTANCIA EN LA SEGURIDAD VIAL

Desde la Escuela Clásica, a los más modernos postulados de las teorías económicas del delito o la elección racional, pasando por las denominadas neoclásicas, el enfoque de la disuasión agrupa una serie de teorías que sitúan el centro de su explicación en el efecto de las normas sobre el individuo y en la consiguiente “elección” de éste de adentrarse o no en la conducta criminal.
Por su propia esencia, y aunque también se muestran coherentes con el concepto de prevención especial negativa, este enfoque está especialmente centrado en los efectos de la prevención general negativa, entendida como el efecto que hace que los individuos se abstengan de cometer delitos por temor a las consecuencias penales o normativas (Serrano Maíllo, Introducción a la Criminología, 2006).
Que tiene su efecto cuando a un individuo se le impone una pena y en el futuro tiende a respetar más la Ley, porque ya ha sufrido los rigores de una sanción, y sabe mejor los riesgos y consecuencias que afronta.
El logro de esa prevención general puede favorecerse a través de la habituación, la formación normativa y la disuasión. Garrido, Stangeland y Redondo, que entienden esta habituación como un resultado de las normas y sanciones penales que hace que las personas automaticen una serie de comportamientos dentro de la legalidad normativa, ponen como ejemplo de ella el hecho de que los ciudadanos suelen detener su vehículo automáticamente al ver un semáforo en rojo sin necesidad de pensar y decidir en cada caso sobre esa conducta.
Siguen diciendo que la formación normativa es el efecto educativo que tendrían las normas penales a largo plazo. Y que la disuasión – relacionada ya directamente con la prevención general negativa en concreto- se logra a través de los tres elementos tradicionales de la Escuela Clásica: la certeza, la prontitud y la dureza de la imposición de las penas. Las dos primeras dependen de la eficacia policial y de la rapidez del procedimiento penal, mientras que la última está determinada por el Código Penal (Garrido Genovés, Redondo Illescas, & Stangeland, Principios de Criminología).
Una importante perspectiva dentro del paradigma de la disuasión es la que sostiene la Teoría de la Elección Racional. A través de ella, Cornish y Clarke (1986) describen la delincuencia como un suceso que ocurre cuando un delincuente decide correr el riesgo de vulnerar la Ley, después de considerar sus propias necesidades económicas, sus valores personales o experiencias previas, hasta qué punto su “objetivo” está protegido, cuáles son las condiciones económicas y sociales del vecindario o cómo es de eficiente la Policía del lugar. Antes de cometer un delito, ese “razonamiento” criminal sopesa las posibilidades de ser detenido, la severidad de las penas que se pueden imponer, el valor de lo que se puede conseguir mediante la comisión del acto, y la mayor o menor necesidad de inmediatez en conseguir ese objetivo. Clarke enlaza esta teoría con la prevención mediante su propuesta de técnicas de reducción de oportunidades. El propósito de las mismas es incrementar el esfuerzo necesario para la comisión del delito o el riesgo percibido de detención; o bien reducir las posibilidades de recompensas esperadas, o eliminar las justificaciones para el incumplimiento de la Ley.
Desde el punto de vista de la delincuencia de tráfico, se tiende a descansar el logro de la prevención general sólo en la actuación policial y los cambios normativos, olvidando generalmente que una adecuada formación normativa (en este caso, no sólo respecto de las leyes penales sino también la normativa administrativa del tráfico y la seguridad vial) puede conseguir una habituación hacia el cumplimiento de las normas permitiendo así una mejor preservación de la seguridad colectiva. Desde el punto de vista de las teorías de la disuasión, uno de los puntos focales debe ser la determinación de hasta qué punto los individuos se ven supeditados por ésta o no, hacia la evitación de la conducta delictiva y los procesos de decisión relacionados con esta problemática.



lunes, 14 de abril de 2014

LOS TASEVAL DESDE LA VISIÓN CRIMINOLÓGICA

LOS TASEVAL DESDE LA VISIÓN CRIMINOLÓGICA

La aplicación de la criminología es fundamental a la hora de la realización de un buen proyecto de trabajos en beneficio a la comunidad (en adelante TBCs), para conseguir el propósito final, que no es otro que la rehabilitación e integración del delincuente, en nuestro caso el delincuente vial.
Los TASEVAL son TBCs exclusivos para los penados por delitos contra la seguridad vial, siendo un conjunto de actividades de sensibilización y reeducación que están directamente relacionado con el tipo de delito cometido por el infractor y personalizando el taller individualmente; consiguiendo el efecto deseado que no es otro que el delincuente vial consiga resolver y actuar en concordancia, de una forma exitosa, las situaciones o implicaciones que se dirimen del tráfico rodado y que no repercuta negativamente en su conducta al volante y que están encaminados a la reinserción y reeducación sociovial  del conductor.
Como todo TBCs tiene unos elementos a favor y en contra de la posición doctrinal, que son importantes saber a la hora de programar/realizar el taller, que son los siguientes:


Dichos talleres tienen como objetivos específicos:
  • La esencia reparadora del daño causado.
  • Destacar la voluntad del penado a su realización, ya que no se le puede obligar a ello.
  • No se  estigmatiza al reo, al no estar en prisión con otros delincuentes "comunes".
  • Para la sociedad, tiene una finalidad restitutiva a la vez que ejemplarizante e integradora.
Y como características del mismo:
  • Cumplimiento dentro de la comunidad: la pena de trabajo se cumple dentro de la comunidad, implicando un compromiso de ésta en la ejecución penal, y en la consecución del objetivo de la reinserción.
  • Ejecución en medio abierto: en primer lugar, la ejecución de la sanción en medio abierto no implica el encierro y la ruptura con sus relaciones personales y sociales sino, por el contrario, la ampliación y diversificación  de estas relaciones con personas que dedican parte de su tiempo libre a la realización de tareas de colaboración social.
  • Utilidad social del trabajo a realizar: la utilidad de los trabajos realizados y los efectos positivos que éste tiene en determinadas personas es otra de las características que redundan en la virtud resocializadora de esta sanción.
  • Capacidad formativa del trabajo: la doctrina ha señalado la capacidad de la pena de TBCs para dotar a la persona penada de una formación y un hábito, del que carecerá en algunos casos, el cual le ayudará, posteriormente, a reintegrarse en la sociedad vial y facilitará su reinserción social.

Todo taller realizado a la reinserción del delincuente vial se tiene que regir por los siguientes principios:

Y busca conseguir el fin rehabilitador de la pena, siendo los elementos que producen esa meta los siguientes:
  • LA PERCEPCIÓN DE UTILIDAD DEL TRABAJO REALIZADO DEL PENADO: los penados que valoran positivamente la experiencia del taller tienen menos probabilidades de reincidir en un futuro, que los que hacen una valoración negativa del taller. Siendo factores que contribuyen a una buena experiencia los siguientes:
    • El contacto con otros penados.
    • La percepción del trabajo desarrollado como útil.
    • la adquisición de habilidades.
    • Posibilidad de poner en practica alguna de las habilidades adquiridas.
  • LA SUPERVISIÓN DE ACUERDO AL MODELO PRO-SOCIAL: el taller promueve actitudes y comportamientos pro-sociales gracias al contacto que se produce entre las personas que dirigen el taller, los penados y en su caso los supervisores de instituciones penitenciarias.
  • LA PERCEPCIÓN DE JUSTICIA PROCESAL:  la evidencia empírica pone de manifiesto que la mayor motivación para respetar la ley en el futuro está directamente relacionada con la evaluación que realizan los penados sobre la imparcialidad de las decisiones adoptadas por las autoridades y de los procedimientos utilizados para ello. Según Tyler (1990) la valoración de imparcialidad es mayor cuando:
    • Los penados han podido participar y dar sus opiniones a la hora de tomar decisiones.
    • Cuando han sentido que el procedimiento era natural y estaba basado en criterios concretos y en una aplicación uniforme a las reglas.
    • Cuando se habían sentido tratados con dignidad y respeto.
    • Y cuando habían percibido que las autoridades habían considerado sus necesidades e inquietudes.
  • LA INTERVENCIÓN SOBRE LAS NECESIDADES CRIMINÓGENAS:  tradicionalmente se ha sostenido que el TASEVAL no funcionará para personas con especiales necesidades rehabilitadoras (pues no aborda directamente) los problemas criminógenos del penado (BLAY, 2007). En la medida en que el juez acostumbra a imponer TASEVAL sin disponer de informes periciales o criminológicos que le ayuden en la elección del castigo, resulta necesario buscar soluciones dentro del modelo de ejecución, que permitan detectar la existencia de factores de riesgo de reincidencia, e intervenir sobre cuando éstos existan. A tal efecto, resulta fundamental el trabajo que realizan los delegados de ejecución, como responsables de una buena evaluación inicial a través de la primera entrevista con él y, en segundo lugar, como responsables de la definición del contenido de la actividad que el penado tendrá que realizar.


sábado, 15 de marzo de 2014

PRINCIPIOS DE LA INVESTIGACIÓN VIAL

PRINCIPIOS DE LA INVESTIGACIÓN VIAL
Por el Lic. Osvaldo A. Cuello Videla. Director Editorial Revista TEMA’S

El neologismo “Accidentología” comprende la unión de dos vocablos: "Accidente", derivado del latín "Ad-cado" (Ad: a, al, hacia y Cado: Cadere, caer, caida) y "Logía", derivado del griego "Logos" (discurso, estudio, tratado). Resumiendo, se denomina Accidentología Vial a la disciplina que estudia las causas y efectos de los accidentes de tránsito terrestre, realiza su investigación forense y propone las medidas adecuadas para atenuarlos. El vocablo fue utilizado, ya en el año 1940 por la Cámara de Senadores de los Estados Unidos y en 1947 en un seminario realizado en Holanda por médicos y juristas de diecisiete delegaciones europeas y americanas. (Frigerio, E. J. 2001)
Existen muchas definiciones sobre la Accidentología Vial.
Según el Dr. Aparicio es la “...Disciplina de la ciencia Criminalística, que aplica los conocimientos y ciencias forenses, a fin de descubrir las circunstancias en que se desarrolla un hecho de accidente de tránsito, en una vía de uso público, las causas que interfirieron y las consecuencias del mismo...” (Aparicio Izquierdo, f. 2002)
El Lic. Juan la define como “...la Especialidad de la Criminalística cuya finalidad involucra el estudio referido a la participación y protagonismo de todos los vehículos automotores que estén vinculados a los momentos inmediatos, mediatos y posteriores al siniestro vial acontecido”. (Juan, H. R. 2002)
Se piensa en los accidentes en términos de hechos fortuitos: Casualidades que ocurren y que son muy difíciles de evitar. Aparecen como hechos productos del azar, difíciles de relacionar con otros hechos anteriores.
La Accidentología es el estudio científico de los accidentes, lo cual implica la aplicación de una metodología. La materia de estudio de esta especialidad son los accidentes, que son hechos no planeadoS ni controlados. Su campo es interdisciplinario, y muchos investigadores provienen de áreas de las ciencias sociales y la psicología. (Mangosio, J. 2002)
Sin embargo en esta concepción de accidentes no se vislumbra una relación causal, sino que se los considera hechos aislados sin conexiones con factores anteriores que influyeron o pudieron intervenir en la producción del siniestro.
Pero la Accidentología (a secas o Accidentología Vial) es una disciplina que estudia cada caso en particular y tiene por fin establecer cuáles fueron las causas inmediatas mediante un informe pericial exclusivo para cada hecho.
Sin embargo, al considerar la situación actual en el tránsito nos damos cuenta de que los accidentes ocurren cuando confluyen ciertas condiciones.
Si además de investigar un siniestro, identificamos esas condiciones y las agrupamos y clasificamos, se pueden tomar las precauciones adecuadas para evitarlas y por lo tanto, podemos reducir la posibilidad de que ocurran los accidentes.
Cuando analizamos la situación de una persona que ha tomado alcohol y protagoniza un accidente o no ha dormido, y en estas condiciones se arriesga a manejar de noche con mal tiempo y choca, es imposible no incluir en una relación causal al accidente con esas circunstancias del factor humano y el ambiental.
Estas características, individuales del hecho que la accidentología determina, también pueden ser comunes a otros casos similares.  Vemos entonces que los accidentes, si bien aparecen como hechos aislados e inesperados, no son hechos librados al azar e imposibles de evitar, pues existen algunos factores comunes que determinan la ocurrencia de los mismos.
El conocimiento de aquellos factores que confluyen para que éstos ocurran, nos permitiría trabajar sobre ellos para cambiarlos cuanto sea posible y así disminuir la posibilidad de ocurrencia o por lo menos disminuir sus consecuencias sobre las personas y las cosas. En otras palabras, disminuir el riesgo.
Visto de esta manera el accidente no aparece como algo inevitable.
La investigación determina los Factores de Riesgo
Nos damos cuenta entonces de que la prevención juega un papel muy importante, pero para que sea efectiva, debemos conocer cuáles son las circunstancias que hacen que un accidente ocurra y es aquí donde la investigación de siniestros adquiere un valor preponderante y mucho más relevante que la investigación del caso concreto.
Podemos decir entonces que los accidentes son hechos no intencionales con consecuencias dañosas para las cosas y las personas, que podrían ser evitados y que es posible disminuir sus consecuencias o posibilidad de ocurrencia si se tomaran algunas precauciones.
Se trata entonces de un encadenamiento de hechos y circunstancias que si no cortamos en algún momento de su desarrollo con medidas de prevención, pueden culminar en una lesión o la muerte. Esas circunstancias cuando se repiten en una diversidad de hechos y desencadenan un accidente se denominan “factores de riesgo”

Las causas y la Seguridad Vial
La seguridad vial implica la reducción del riesgo de accidentes y lesiones en la vía pública, tanto urbana como rural, lograda a través de enfoques multidisciplinarios que abarcan ingeniería vial, gestión y control del tráfico, educación y formación de los usuarios en las públicas e incluso el diseño de los vehículos.
Se puede decir que respecto de la Seguridad Vial la accidentología es la investigación multidisciplinaria de los accidentes de tránsito, con el objeto de determinar sus causas y consecuencias, a fin de plasmar sus conclusiones en peritajes y estudios de casos, mientras que la seguridad vial lo hace en normas y acciones preventivas que concurran a eliminar o modificar los agentes desencadenantes, o introducir otros elementos que atenúen sus efectos dañosos, con lo que se aumenta el margen de seguridad de los usuarios. (ISEV 2008)
Es multidisciplinaria, porque para su desarrollo se recurre a diversas  tecnologías y disciplinas científicas: química, física, ingeniería (civil, vial, mecánica), medicina, psicología, estadística, informática, fotogrametría, planimetría, etc.
Su objetivo es determinar cuales son los agentes causantes del accidente y de cada una de sus consecuencias, con el fin de eliminar aquellas o atenuar éstas, lo que se conoce como prevención (o seguridad) activa y pasiva, es decir atacar las causas y disminuir las consecuencias, respectivamente.
La finalidad de la investigación puede obedecer a distintos requerimientos. Principalmente podemos distinguir los individuales y los sociales, o sea determinar la responsabilidad administrativa, civil o penal del o de los causantes del accidente en el primer caso y, en el segundo, establecer las grandes causas, los lugares peligrosos, los elementos letales, las conductas sociales riesgosas, y hasta los sectores sociales (jóvenes, bebedores, cardíacos, colectiveros, etc.) más siniestrables.
Esta Accidentología tiene a su vez dos grandes vertientes: la macroinvestigación y la especializada o particularizada; aquella es la que se obtiene a través de la estadística (de accidentes, de inhabilitación, de otorgamiento o renovación de licencias, de la revisión técnica periódica de vehículos, de las infracciones, etc.) y la segunda es la que surge de la investigación en detalle y profundidad de un accidente determinado, por su magnitud o características especiales o de un lugar (punto negro) por la habitualidad de siniestros allí, o de un modelo de vehículo determinado, etc.
Por ello es de suma importancia que todo aquel que intervenga en un accidente (sea como conductor, víctima o simplemente espectador), no altere la situación en la que hayan quedado los vehículos y siga las recomendaciones de los especialistas “...Ello contribuye a que se cuente con la mayor cantidad de evidencias materiales que hayan quedado en el sitio del accidente, que permitan realizar una investigación certera, dando lugar a conclusiones veraces del siniestro y sus circunstancias...(ISEV 2008)
Del conjunto de conclusiones, surgirán las recomendaciones sobre conductas convenientes, normas, y acciones a desarrollar para prevenir los accidentes, es decir, que el análisis global accidentológico podría dar como resultado un Programa de Seguridad Vial General, o por lo menos las políticas a adoptar en la materia, que generalmente van a incluir una mayor precisión en la investigación y un ajuste y control en sus resultados.

Seguridad Activa y Pasiva
El vehículo automóvil debe estar dotado de una seguridad activa y otra pasiva. 
La seguridad activa es la que debe tener un vehículo para evitar en lo posible, que se produzca un accidente, como es el sistema de frenos, el sistema de dirección, el sistema de luces, bocina, limpiaparabrisas, parasoles, espejos, etc. Estos elementos no actúan si no actúa el conductor.
La seguridad pasiva es la que debe tener un vehículo para que una vez producido un accidente y durante el mismo, las posibles lesiones y consecuencias para sus ocupantes sean las menos posibles, como puede ser la resistencia de la carrocería a los diversos golpes, el cinturón de seguridad, las bolsas de aire (air-bag), los apoya-cabezas, los asientos, etc.
La diferencia entre seguridad activa y pasiva está en que la activa requiere una acción previa por parte del conductor para que actúe y tiende a evitar que se vea involucrado en un accidente, en tanto que la pasiva actúa automáticamente una vez producido el mismo y tiene como finalidad atenuar las consecuencias para los ocupantes de los rodados para que en caso de accidente los riesgos sean los menos posibles.
Los vehículos en general deben estar fabricados conforme a las normas de homologación establecidas y para ello deberán cumplir con los requisitos para adecuar su estructura y brindar una seguridad pasiva de modo tal que no deberán tener adornos ni otros objetos que presenten aristas vivas o salientes que constituyan peligro. No deben poseer asientos anclados de forma resistente y segura que eviten el desplazamiento; tendrán las cerraduras y bisagras de las puertas de forma que impidan la apertura no deseada; cristales de seguridad que impidan su astillamiento y produzcan fragmentos peligrosos, etc.
Entre los principales dispositivos de seguridad pasiva se encuentran:
  • Paragolpes deformables para aminorar los efectos en caso de colisión o alcance.
  • Guardabarros, incorporados normalmente a la carrocería del vehículo para evitar las salpicaduras de agua sucia o barro etc., que perjudican la visibilidad de los conductores que circulen detrás.
  • Los apoya-cabezas, que están situados en la parte superior del respaldo de los asientos, sirven para proteger la cabeza y vértebras cervicales contra los movimientos hacia atrás en caso de colisión.
  •  El air-bag es una bolsa de gas que se infla frente al conductor u ocupante del vehículo en caso de colisión. Su funcionamiento se basa en la absorción de energía cinética del choque mediante la amortiguación que produce una bolsa llena de gas. Al chocar contra la bolsa, que debe estar completamente inflada en ese momento, el cuerpo transmite a la misma su energía, al tiempo que ésta le impide que se mueva y se lesione.
  • El cinturón de seguridad de tres anclajes que es una banda de tejido muy sólido, extensible pero no elástico para evitar el choque por retroceso. Consta de una banda lateral y un cinturón bajo.
La investigación Accidentológica
Se distinguen en la investigación accidentológica dos métodos principales:
A.- El análisis/método para uso estadístico; prácticamente una lista de chequeo de los factores intervinientes en los siniestros viales, y
B.- Las investigaciones de accidentes, con uso de todos los recursos de la investigación científica y la física para determinar las causas de un hecho en particular. Este es el aspecto pericial de la Accidentología vial, de uso frecuente en esferas forenses y de aseguradoras.
Entre las metodologías se distinguen algunas fundamentales: (Mangosio, J. 2002)
  •  Las metodologías basadas en cadenas causales,
  •   Las metodologías basadas en el análisis por cambios,
  • Las metodologías basadas en el análisis de sistemas sociotécnicos.
De acuerdo con la “Ley de Multicausalidad” cada vez que se produce un accidente de tránsito es de mucha importancia detectar sus causas.
El propósito es proponer recomendaciones para evitar su repetición hasta donde sea posible, reeducando a los conductores y/o peatones comprometidos, proponiendo mejoras en la señalización, etc.
Al investigar un accidente, obviamente vamos a actuar después de sucedido. Desde este punto de vista no es la investigación estrictamente preventiva, pero su utilidad reside en las causas descubiertas para corregirlas y usarlas como elemento preventivo. (Mangosio, J. 2002)
Son de mucha utilidad los análisis de accidentes porque se aprende de ellos para recomendar conducir con seguridad.
Se entiende por análisis “…a la distinción o separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos…” Dado un hecho, que es el accidente, se buscarán todas sus partes o componentes. (Diccionario Gran Consultor Educar).
Se entiende por investigación de accidentes a la acción de indagar y buscar con el propósito de descubrir relaciones causas-efecto. “...Una investigación no está limitada a la aplicación de una norma de tipo estadístico sino que trata de encontrar todos los factores del accidente con el objeto de prevenir hechos similares, delimitar responsabilidades, evaluar la naturaleza y magnitud del hecho, e informar a las autoridades y al público...” (Mangosio, J. 2002)
Etapas de la investigación
Los pasos a seguir en un proceso de investigación son los siguientes:
  • Recolección de información,
  •  Análisis de los datos,
  • Conclusiones y Recomendaciones.
Este proceso es obvio y cada uno de ellos puede constituir un capítulo del informe de la investigación.
Este proceso para determinar las “causas” de un accidente de tránsito le corresponde al perito en Accidentología vial, quien es el que se encarga de establecer cuáles fueron los elementos etiológicos de un accidente puntual y determinado a los fines de la investigación forense de un suceso particular, con el fin de encontrar responsabilidades.
La labor es importante porque ayuda a establecer si el accidente tiene origen en el error humano, deficiencias en la vía, o desperfectos en el vehículo.
a) Recolección de información:
El primer paso de un proceso de investigación es obtener información sobre lo ocurrido. Se debe llegar al lugar del hecho lo antes posible a fin de evaluar la magnitud de los daños, asegurar el lugar y ubicar testigos circunstanciales.
Los pasos a realizar en esta etapa son los siguientes:
  • Asegurar el lugar a fin de poder conservar las evidencias, e impedir su desaparición, ya sea intencional o fortuita.
  • Buscar evidencias transitorias, tales como manchas de agua, huellas, derrames de líquido, etc.
  • Tomar fotografías, hacer planos, mapas y diagramas.
  • Recolección de objetos físicos.
  •  Entrevistas con testigos.
El objeto de estas técnicas es ayudar al investigador a formarse una imagen visual de lo ocurrido.
En el lugar donde ocurrió un accidente quedan por lo general, objetos tales como trozos provenientes de roturas o proyectados. Además, en ciertos casos es necesario tomar muestras de materiales para determinar características físicas y químicas de los mismos (por ejemplo: material de estructuras para ser analizado, muestras de aceite, de combustible, pintura, etc.)
La información recolectada a través de entrevistas con testigos constituye la parte más importante de la etapa de recolección de información.
b) Análisis de los Datos:
A partir de los primeros indicios recolectados se formularán hipótesis que conducirán a la búsqueda de datos para su conformación o rechazo. Este proceso de formulación de hipótesis y búsqueda de datos es ayudado mediante técnicas analíticas.
La recolección indiscriminada de datos así como la formulación de hipótesis no basadas en datos son de poca utilidad.
Dentro de las teorías causales sobre el origen de los accidentes se encuentran la Teoría Secuencial y la Teoría Multifactorial.
La Teoría Secuencial propuesta originalmente por por Kepner y Tregoe –citado por Mangosio- sostiene que “…los accidentes se originan debido a una encadenación de hechos, constituyendo lo que se denomina una cadena causal. La Teoría Multifactorial sostiene que la concurrencia simultánea de los factores de riesgo origina el accidente. Esto es un caso de causalidad conjuntiva. Ambas teorías no son contradictorias sino que se complementan como se puede observar al hacer un análisis secuencial de un accidente…” (Mangosio, J. 2002)
c) Etapa de conclusiones y recomendaciones:
Constituye el proceso final de la investigación, en donde se determinan las causas del siniestro que determinaron su ocurrencia en forma directa, los factores de riesgo que le contribuyeron al mismo de manera aleatoria y la mecánica del accidente, es decir la cadena de eventos que a raíz de su ocurrencia determinaron las consecuencias.
Se trata de determinar que factores elementales o básicos tuvieron influencia en la producción del siniestro. Estos elementos o factores son “El hombre, la vía y el factor mecánico”, los cuales pueden actuar de manera individual o interrelacionados.
Del análisis de éstos elementos puede conocerse cómo fue la mecánica del accidente vial y además es preciso determinar qué elemento lo causó y el motivo real que lo ocasionó.
Debe tenerse en cuenta que generalmente un accidente se produce por la conjunción de una serie de elementos que independientemente no pueden ser considerados como causa, pero que en su conjunto determinan la ocurrencia del siniestro.
Así por ejemplo puede atribuirse al estado del camino la ocurrencia de un siniestro, pero debe considerarse que tal vez por ese punto hayan pasado otros vehículos sin que se produjera un accidente, por lo tanto debe considerarse que hubieron otros elementos que sumados al principal contribuyeron a ello. Lo expresado supone que la causa del accidente no ha sido el estado de la ruta sino que han coincidido condiciones especiales del vehículo o su conductor (Velocidad excesiva, descuido del conductor, mala conservación de los neumáticos).
Es en este punto donde adquiere gran importancia una buena reconstrucción del accidente y el análisis de los factores de riesgo en él involucrados, puesto que de ello se derivarán las afirmaciones que demostrarán que el accidente se produjo por la conjunción de agentes que de no haber estado presentes no hubieran devenido en el siniestro vial.
Pequeñas contribuciones de los factores de riesgo pueden favorecer a la producción del accidente.

Bibliografía citada:
  1. APARICIO IZQUIERDO, FRANCISCO. “Accidentes de Tránsito”. Industrial. Madrid. España 2002.
  2. FRIGERIO EDUARDO JOSE LUCIO, “Accidentología y Seguridad Vial” Trabajo inédito, Universidad de Buenos Aires. Bs. As. 2001.-
  3. INSTITUTO DE SEGURIDAD Y EDUCACION VIAL (ISEV). Seguridad Vial. Bases para el entendimiento de la problemática del tránsito y la seguridad vial” ISEV.  Fascículo I. Ano I. Argentina. Bs. As. 2008
  4. JUAN, HECTOR RAUL.Introducción a la Criminalística”. Ed. Universidad del Aconcagua. Mendoza. 2002.
  5. MANGOSIO, JORGE. Investigación de Accidentes”. Facultad de Ciencias Físicomatemáticas e Ingeniería. Universidad Católica Argentina. Argentina. 2002.


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